Mientras actualizo con temas lejanos de la idea inicial de éste blog, y más próximos a S.e.P! , soy tan consciente de que huyo de las cosas, que incluso me asusta esta repentina cobardía.
Ayer fue un día fabuloso con Giorgio, lo pasamos genial y cometimos la locura de bañarnos a las seis de la tarde en el mar, con el cielo nublado y después de quitarnos ropa de manga larga (yo incluso chaqueta de lana). Estábamos sólos en la playa. Bueno, estaba también Audrey, que se quedó en la orilla mirándonos alucinada. Yo le ponía voz, algo que hacemos habitualmente para echar unas risas: " Pero...¿qué hacen los chorras éstos? ¿se van a mojar ahora? "
Incluso hubo un momento del día en el que me emocioné por la conciencia de un momento reálmente feliz. Con lagrimones incluídos. Y él, el mejor, como siempre, tierno e identificado con el momento, divertido por mis niñerías y la situación...
Después vimos a Pignoise(argh!) y se le ocurrió esto...
Entonces...¿por qué no contar cómo me siento cuando ocurren estas cosas buenas, a menudo aquí? ¿Por qué se me antoja que he dado un paso atrás en cuanto a lo personal del blog?
Creo que es porque en mi vida falta un pedazo. Y resulta que, al sentirme feliz, noto más la ausencia. Lógicamente, me gustaría poder compartirlo con el vínculo más directo a mi propia vida.
Cuántas veces en los últimos nueve años me habré preguntado cuándo se supera. Y cuántas más la cuestión se desviaba a mi familia, a las trabas que te plantea la vida para superar las cosas.
Pues bien, ahora resulta, que estando en Lanzarote tengo la certeza de que no puedo separar las dos cosas. Y lo que es más importante: mi tranquilidad depende de que sea consciente de ello.
Se acerca la Navidad y llevo dos semanas planeando las vacaciones en Burgos, reservando vuelo, enterándome de cómo llevar a Audrey...etc.
Recuerdo incesantemente a Holly Hunter en "A casa por vacaciones" y si me echo una cabezada en el sofá, empiezo a tener pesadillas increíblemente recurrentes. ¡No te digo ná de los seriales de Boris Izaguirre cuando me voy a la cama a "soñar"! ¡Moco de pavo al lado de mis pesadillas antes de Navidad!
Además, no encuentro curro. Y empiezo a agobiarme con la idea de sufrir con la espalda si curro en Hostelería. Parece que hay dos opciones interesantes, una con enchufismo. Hay que joderse, que me jartao a mandar currículums, hoygan. Esta semana sabré algo, a ver si me desengancho del Pet Society, querida Miss. Gracias por preguntar, que es usted más viva que un conejo colorao.
En definitiva, estoy fenomenal aquí, salvando la búsqueda improductiva de curro, y que los momentos más bajos están relacionados con lo mismo de siempre, pero el impacto es menor porque no estamos tan expuestos. Ya os contaré desde Burgos, cuando llegue Navipeich...y tal...