Lo prometido es deuda, en mi código moral. Echar en el olvido lo que digo ante todo el mundo me resulta imposible. Sí: esto es una justificación por aludir aquí a un tema del que no deseo dejar huella en el blog de una manera literal.
Por tanto, y en coherencia con mi manera paradójica de ser reservada, sembrando la duda pero sin dar datos personales que hundan más la daga, esta es toda la referencia y relevancia que voy a dar en mi rincón personal a algo que empezó en julio de 2019, con una persona implicada a la que quiero y de la que me han intentado separar, sin conseguirlo.
Por ella y por mí, este es el punto final hasta que pueda expresarse y participar de nuevo de la risa, sin que le afecte nada de lo que intente nadie, para hacerle dudar de ella misma.
Siento no desvelar el enigma, querido desconocido que motiva este post, Mr. Old Shadow. Entienda que con ese nick, además, no me gana en transparencia. ;)