27 ene 2020

Do ut des.

<<Te respondo aquí, mi amante secreto: no es verídico, pero pretendo que lo sea en un futuro. Es una de mis muchas ensoñaciones, de las que me alimentan. Todavía tiene un rostro bastante definido. Pero aspiro a que se difumine, a olvidarle un poco, porque me daña esa mirada profunda sobre mi y necesito borrarla...
Pero soy resiliente y me curo mis propias heridas. Si tú me das tu aliento, antes sanaré>>

Quid pro quo', sí; porque del error y de la curiosidad, que es la madre de la Ciencia, nació algo bello, que no es 'doy para que des'.
Esta relación es simbiosis pura entre almas desgarradas por el desamor. Y nos entendemos tan bien que creo que, además de gustarnos sinceramente, no tenemos tampoco problema al pensar que facilitamos la evasión por unos minutos de otra persona que en principio no está ahí, cuando nos deseamos. Sabemos que el deseo del otro es sincero, a pesar de que haya alguien que lo encienda sólo con prender nuestros respectivos recuerdos.

Yo me siento muy afortunada de ser así. De haber vuelto a serlo, mejor dicho, no me cabe duda. Mi desinhibición es una ventaja, no un inconveniente. Lo que lo era fue estar al lado de una persona, demasiado tiempo, que reprime ese lado tuyo, sibilinamente y machacando tu autoestima y juzgando la educación recibida, por añadidura, en muchas ocasiones como reprobable. Que todo esto salga a flote cuando toca tener a alguien así codo con codo en la crianza de los seres que más amas y amarás siempre. Desde el día en que te declararon su amor con una mirada en un frío quirófano de hospital, tras sacarlas de mi abrigo, y antes de separarlas de mi por seis largas horas, que fue devastador. Simplemente. No le voy a tolerar a nadie nunca más que se interponga entre mis hijas y mi hermana y yo.
Y mi vida íntima, sexual y afectiva sigue siendo solo asunto mío. Personal.
Y de mis amantes. Secretos para siempre ya. Lo toman o lo dejan. El incondicional estará reservado solo a ellas tres, las mambitas, siempre.

Pero a quien doy mi amor sabe que merece la pena aceptar las condiciones.



<<No hay parking en el cielo ni hay ascensor
Solo queda un deseo y un solo error
En algún lugar debe haber algo para ti
Que no tengas ya como aprender a entender

Ven a ver la calle grande mira a los niños jugar
El diablo come aparte en su plato de cristal
En algún lugar debe haber algo para ti
Que no tengas ya como aprender a ver

Que a mi me gustaría poder hacerte feliz
Coger tus sueños y llevárselos al mar
O echarlos a volar y verte sonreír...>>


'Me gustaría poder hacerte feliz' | 'Azul' | Elefantes 2000

25 ene 2020

El juicio de los necios.

Ella estaba sentada en el borde de la cama. Noté en la nuca su mirada mientras cerraba la puerta de la habitación. El hotel estaba apartado de todo, perdido entre carreteras secundarias del norte. Un escalofrío extraño recorrió mi espalda, al ser consciente del silencio que nos rodeaba, sólo roto por nuestra respiración, serena la de ella, la mía conteniendo un aullido de exaltación.

Tras el sonido de la llave girada en la cerradura, oír: "Ven..." Y girarme hacia ella, iluminada por los rayos de la media luna, filtrados a través de la leve ventana. Alta, piernas largas e imponentes. Unos rasgos duros en la faz que sonreía con timidez, forjados como máscara para la dulzura vulnerable. Poderosa melena. Vestida con falda y blusa, cruza las piernas coqueta, usa tacones de charol. La imagen desde el umbral ya me arrebata, ya noto mi perturbación y aún está a metros de distancia. El impulso frena, aterrado veo la esclavitud en sus pechos, que se insinúan ardientes bajo el satén porque ella ahora también me mira y respira más profundo que antes. Parado, reteniendo la imagen en la mente para guardarla ya siempre, dudo de lo que va a suceder allí...

Ella repite entonces, con voz susurrante: "Ven ...". Y estira su mano como quien pide agua en el desierto, quebrándose algo en mi interior.

Y sentado a su vera, no lo dice con palabras, no. Nos miramos a los ojos, mientras nuestros dedos tocan el cabello y la cara del otro, empezando a construirse el mapa. No lo dice, pero su corazón late fuerte y me guía. Desabrocho dos botones de la camisa, colando los dedos dentro del sostén. Su pezón duro, suave... que me implora desnudez y humedad. Ella sigue sin decir nada, suspira y asiente su mirada, que ahora se me antoja con un brillo de lujuria.

Pero finalmente mi indecisión o su sensualidad urgen:
"Desnúdame entera, hazlo tú, por favor..."

Y obedezco, solícito, terminando de desabrochar, con sorprendentes hábiles dedos, la tela que cubre el encaje de serpiente, mientras ya noto apretar la de mi pantalón y los de ella están deslizándose sobre mi verga audaz, con curiosidad y deseo. La ropa interior negra y su pelo rojo se me antojan de repente un perfume de posesión demoníaca, mientras ella apoya su espalda en el lecho y se desabrocha el corchete de las escamas superficiales. Atónito por la ofrenda, quedo en jaque tres segundos. Pero sonríes y me invitas... me aproximo. Retiro las copas suavemente, tras reptar ya loco hasta su altura. Ahí están, como reclamo del deseo que ya no cesará en horas, preciosa carne erecta esperando mi boca. Tu suspiro de placer, al entrar en contacto con tu piel, eterno oasis en que se perdió mi conciencia durante minutos de éxtasis sensual. Ya sin más, desatarse la prisa por estar desnudos el uno junto al otro, fuera mis ropas ajadas por el cansancio de esta búsqueda larga con destino. En segundos haces lo propio con falda y medias, rápido, pero mi ansia por poseerte te quiere ayudar y rompemos tus bonitas bragas. Y gritas y ríes, y yo, que deseo poseerte ya, con una erección de caballo, siento algo arder dentro, muerdo dulcemente ese cuello, de aquella imagen en el avatar, al día siguiente de confesarnos la atracción. Ahora gimes, mimosa, y me das la espalda en grupa, de rodillas. Te voy a amar como te mereces, y así lamo mis dedos y busco por detrás tu vulva, siguiendo con el mapa, aunque deseo entrar ya en ti. Ahora los gemidos son largos y melosos. Mi saliva está de más en tu sexo. Y lo dices, lo pides, lo imploras.

Y ya sí, te poseo y gozamos de la electricidad única, del amor convertido en sudor, espasmos y placer físico. El mejor. El único e incomparable para los esclavos del deseo.

De lo que mi alma vive, del deseo de amarte a escondidas de todo y de todos, pero no porque no seas digna de mi admiración. Sino para darte todo: mi amor protegida del juicio de los necios.




Collage.

Tengo una videoteca en mi cabeza, llena de referencias conscientes de los eventos importantes de mi vida, cientos de álbumes con miles de fotografías. Entre dichas imágenes hay una red de nodos, entre personas, hechos, frases pronunciadas, con efecto sanador o lapidario, pero todas ellas expresiones de un tiempo concreto, enmarcado en un periodo de cuarenta y algún año de existencia.
Hay un recuerdo nítido y concreto, que mi madre contaba a familiares y conocidos, de una noche que, tras aparcar el coche en la Avenida más popular del barrio, caminaba con mis padres hacia el portal de casa, en la calle Santiago, a unos doscientos metros de distancia. Tendría unos tres años, e iba protestando porque les pregunté la razón de haberme bautizado si yo no quería, que era bebé, que me mojaron y lloré (esto sí, claro, según me habían contado y había visto en las fotos que mama atesoraba, de cada uno de nosotros); por lo visto ya montando la mundial a esa edad, hecha un basilisco por tamaña injusticia. Y además es gracioso que no me faltara razón, siempre me lo ha parecido.
Mi flash es sobre la imagen dinámica, de caminar hacia casa con mis padres, pero la conversación, quienes siempre la recordaron más precisa, fueron ellos, claro.

La cuestión es que mi madre siempre conoció muy bien esa capacidad de retención visual, que también tienen mi hermano mayor y la más pequeña.
Reflexiono a menudo sobre esto. Sobre la dificultad que supone tener una característica concreta que te hace parecer un bicho raro a los ojos de los demás, con frecuencia.
Cuando no es peor aún que la perplejidad, en esos momentos en que se masca la suspicacia y recelo del receptor de algún comentario con datos identificativos que has retenido hace tiempo, desde quizá la única otra vez que os visteis u os presentaron, cuando a la otra persona, como mucho, le suenas de antes, sin poder ubicarte de más. Esto puede parecer una insignificancia, desde fuera. Desde otra perspectiva más cicatera, si se quiere,lo cierto es que tu "carta de presentación" es que retienes todo lo que sucede a tu alrededor con precisión y detalle. Y ya no es que no se produzcan semblantes de sorpresa con agrado, sino que, además, hay personas que tienen la necesidad de comentar algo acerca de ello en alto, poniendo enseguida el foco de atención en "tu cosa" si estas en una reunión con más gente. Me ha pasado en no pocas ocasiones sentirme como un mono de feria...
Persona random: -¿Y a mi?¿me recuerdas de antes/algo? YO: ¿¿¿EIN???

Desde que no la tengo a ella a mi lado, me falta ese apoyo incondicional de quien te conoce como la palma de su propia mano y por eso te comprende como nadie jamás podrá. Algo que yo veo que, por la misma razón, no quiero que les falte a mis hijas, ese nivel de comprensión único de quien te conoce hasta el alma y te ayuda a verle el lado bueno a las particularidades tuyas. A esas que pueden marcar la diferencia y ponerte en el punto de mira indeseado o inconveniente. Siempre ojo avizor, mami. Te quiero y te echo de menos mucho.



<<Sé que ella quisiera regalar sus superpoderes...
igualarse a los demás>>

24 ene 2020

Porque necesito decirlo.

<<A veces se enciende, a veces se apaga, la llama sagrada que tú y yo conocemos... Leña que ha de arder...>>

Hoy me siento igual que el resto, tablas de salvación, de cura pasajera, que utilizaste, y a las que acudiste para echarla de menos a ella.

En mi nube de algodones en la que nunca me rechazarías si sabía respetar tu espacio, había fabricado un cuentito lindo, de color de rosa, para escapar juntos. Y a veces añoro ese cuento, porque tristemente el recelo tuvo que volver, se ha instalado para poner excusas, para rechazarte yo, para reponer mi amor propio echando atrás hasta aquel 12 de mayo. Ese día no debía estar a esas horas donde estaba y tampoco debí mirar si había respuesta.

Que te arrepentiste de la cita mucho antes de los primeros reparos y también que no debimos vernos, son dos pensamientos acerca de lo que pudo no haber pasado,- pero sí pasó -, que no se van. Lo sé ahora que es muy tarde para lamentaciones. Y no lo sé por dudar de mi amor, al contrario: este daño es mucho más hondo de lo que he querido reconocer. Es la primera vez en mi vida que sé que no quiero volver a enamorarme más. Que solo me ha servido para sufrir en todos y cada uno de los casos. Que esta última vez es la peor porque estaba más segura que nunca de luchar por estar a tu lado y, sin embargo, por amarte más que a ninguno, no luché nada. Hice lo contrario, dejarte ir, no aprovechar las oportunidades, aunque fuera una sola noche, recuerdo cada uno de los momentos en que quise abrazarte fuerte, hablarte desde mi corazón. Y eso es lo que justo no hice.

Y más veces. Después. Debí ser más valiente, afrontar todas las dudas en mi cabeza, hablarte. Pero es difícil llegar a ti. Mucho. Consciente de eso y de la desigualdad entre nosotros. Yo mucho más incontenida con mis problemas que tú. He sabido más en el antro que por ti y nunca he sido capaz de decírtelo por miedo a herirte.
Hay tantas cosas pendientes por decir que me cuesta mucho cerrar este capítulo de mi vida. No puede ser un archivo definitivo ni aunque me lo propusiera con verdadera convicción, porque volveré a tropezar una y otra vez con los recuerdos y asuntos no aclarados en mi mente.
¿Y cómo se hace para parar esto? Sólo se me ocurre estando ciega de benzos o fumada todo el día. Porque duele la herida mal cosida, y no puedo evitar aún que salgan de mi boca esas cuatro letras cuando te pienso, en voz alta, "Mi Amor", y en la tecla cuando te escribo, en letras mayúsculas.

Tengo miedo de esta oscuridad. De que siempre esté ahí y no se vaya. Y el único que me saca el dolor, pero tampoco todo el rato, me recuerda a ti. A ti te buscaba, en realidad, a la desesperada, entre fantasías de regresos entre antifaces y princesas prometidas. Pero es que yo soy más de manejar la nave, como Moana, y menos de esperar a mi héroe al rescate en plan Buttercup. Y sin saberlo del todo, siempre he tenido la sensación de que, como mamá hacía con la gente, cuando la conocían mejor, te he desarmado. No soy lo que creías al principio del todo. Viste algo pero era sólo la sombra.

En mi caso, soy yo la que decide que no me compensa ser capitana y recibir compañía y comprensión, nada más. La sirena del barco, con sus siete señales acústicas, ha hecho aparición en escena demasiadas veces ya. Estoy crispada en una relación que no le da bola a mi verdadero yo. Que es en realidad lo que siempre fue el objetivo en mente, desde que empecé a aplazar mis sueños, muy temprano. Cuando la tempestad pasara, recuperar mi derecho a sentirme mujer de verdad. Y ya contaba con que pasara esto, que no fueran los compañeros de andadura del principio los mismos que los del final. Porque sabía que tenía fecha de caducidad mi relación pasada, igual que sé que las tienen las futuras. Y nunca, quizá por lo que me pasó y la herida más jodida de cerrar de todas que me abrió en canal, he entendido a las personas que mendigan el amor. Esa línea la he traspasado según mi magnitud de medida contigo muchas veces. Hace veinte años que no me siento así. Y en este caso era yo la intrusa. La diferencia es obvia. Hoy lo es. No tengo veinte años, tengo más de cuarenta y la crianza de tres a mis espaldas. Tengo derecho a decir que no tengo nada que aprender de esa persona porque mi vida es otra. A mi me tocaron otros asuntos que afrontar y resolver. No admito comparaciones porque a ella la conoces. A mí no. A mí no me has tenido a tu lado. Tú que sabes. Cuántas veces he apoyado, perdonado, comprendido, -y sigo comprendiendo- acompañado, y follado porque amaba con todo mi corazón. Tú no has podido sentirlo, no te has dejado. Cómo te atreviste a semejante comparación, que cuanto más la pienso más me duele. Tanto juicio sin conocimiento de causa me aleja de las personas. Y de ti también.

Para que me vean como una mujer objeto a la que meter en vereda, pero no de la forma que a mi me gustaría, encima. No ha nacido ese hombre... creo.
Y resulta que si estoy cerca de que me satisfagan más plenamente el hambre animal, será con una persona que ama a otra mujer, al igual que yo te amo a ti y no a él, pero que sabe amar como yo, con total entrega, pasión y dulce preocupación por el otro. Y eso era lo que yo buscaba en ti. No más. No menos. Momentos de fugaz felicidad. De sentir que otra persona siente contigo y por ti, que te da lo mejor de sí, su alma apasionada al descubierto, para ser amantes furtivos durante minutos de coincidencia en días, que pasan a ser cada vez más frecuentes, ya ocupando horas a la semana. Probablemente habiendo superado ya nuestra media.

Somos mucho más activos. Porque esto, a pesar de que es un verdadero chollo y me ayuda mucho, es sexo. Bueno de verdad y sin tapujos porque no hay medias verdades para no herir al otro. Se dice la verdad sobre lo que te pasa. No así, sin saber si se puede confiar.
Callando. No era que confiara yo. Quien ama confía. Tú no confiabas, estabas maleado por el antro. Quizá hoy sigas pensándote en riesgo, mientras sigues alucinando de que haya alguien como yo. Que acepta que no me amas y bon voyage.

Me conformo con estas letras de desahogo. Con mi creencia dogmática de que no sabes y de que era yo, porque necesito una fantasía para remar en este río amargo que dejaste.

Y seguiré esperándote, porque sigue habiendo un rayito de indignidad en mi cuando de Nadie se trata.



21 ene 2020

De corazón herido no esperes redención.

Olvidar. 
No poder hacerlo.

Intentar ser yo. Que no se quede callado quien quiera vivir feliz. Intentar ser feliz, sin callar lo que está dentro, y sentir que el recelo ha poseído al contrario, incrédulo de lo hallado enfrente.

Me siento vacía por seguir las enseñanzas del enseñante, por tener rabia al silencio. A ese silencio cobarde que contribuye a la injusticia, al escarnio del más débil o el más lúcido que, aunque fuerte, tiene puntos débiles en los seres que ama. Así que se bate en duelo por poco rato, solo el necesario para ver el percal, los métodos sucios y bajos y prudentemente, por los suyos, anuncia su retirada.

Así es como se abre paso la mediocridad, disfrazada de grandeza, apuntándose tantos que no le corresponden, como cuando doblemente se hincha el pavo del patrón, una cuando te ficha, por ser una fuera de serie, otra cuando te vas sin hacer ruido del antro del conocido rojeras, primero porque se te rifan y no chupas paro, y segundo porque es impopular llamar cabrón al comunista racista ante su séquito jesuítico. Todo ironías de la vida. Como aquel que era tan moderno y tan revolucionario de los colegas de cole del pariente. Hasta que exigiste respeto al cura que les daba Historia, porque está en el Facebook tocando los huevos con que cuándo le casaba por la Iglesia a tu Adán, se supone que contigo. A él solo, porque sabe que se casó por lo civil hace unos meses. Pero con quién y lo que opine ella sobre el particular es secundario. O terciario. Y luego lo repite en un concurrido foro en analógico, a la salida del paripé eclesiástico del cuñado tuyo. Y ahí sí que ya intervienes, y en su cara le dices que "creo que algo tendré yo que decir a eso, si no le importa, Don Grajo Cabrón de Sus Santos Cojones"

Si hablas de tu tío, el comunista, sube el pan también. Y que todos los que conoces que se distinguen por su intolerancia, su ranciedad sexo afectiva o su hipocresía galopante, han hecho del machismo un problema menor en su dialéctica, es un hecho indiscutible para ti.

Me siento demasiado débil hoy. Un poco derrotada, como mamá se sintió un día, pero no sé si tengo derecho a ello. Sí que sé y distingo la rabia en mi interior.

Esta es la primera entrada que escribo y publico "a lo Lisbeth Salander."

Luego edito en el pc, ahora publico desde el móvil como esté.




19 ene 2020

Una zorrita mala.

<<Sabe muy bien que no está hecho para el AMOR ♫Vive del placer de ser tan cruel e inaccesible...♪♫>>

Ni yo era esa clase de zorra ni él venía solamente a lo que surgiera. Conscientes o no, nos estábamos buscando. La búsqueda incansable de la sal de la vida, cuando algo ha hecho aguas en la nave que nos traía por un caudal de experiencias y relaciones que nos moldearon, irremediablemente.

Cuando ves que te has alejado de tu esencia y ha tenido consecuencias fatales para ti y los que te rodean, no puedes retroceder ya en el tiempo. Solo queda mirar para delante y, por mi parte hay una cuestión sobre la que poca duda albergo: no soy un cangrejo. Soy sirena, anguila, serpiente, en todo caso. Hacia delante.

<<Y qué mierda significa eso si tú te me quedas atrás, en el recuerdo, para colmo imborrable. Yo no quiero beber de copas lindas a tu salud, un frío día cualquiera en el que nos veamos ya reviejos. Yo quiero beberte a ti. Ya. Cuanto antes. Y no puedo. No me das lo prometido. Has faltado tú a tu promesa. ¿Cómo te atreves a pedirme que sea feliz sin ti?>>

(No era igual, yo le amaba, él a mí,  no...)

<<No creíste...>>

Entonces todo se nublaba de nuevo. Volvía el recuerdo del amor francés: 

<<No es sincera, pero te gusta oírla...>>

Necesitaba volver a mirar a esos ojos, a la vez que sacarle.

Un vaivén continuo de sinsabores y días frenéticos por el cambio de casa y de estado mental, que ralentiza y aplaza mis letras aquí, pero sin más problema que el de volver a un ritmo más tranquilo de actualización.

<<Cuándo y cómo me pasó esto de ser tan frágil y a la vez dura, como un roque atlántico: "Sirena, vuelve al mar, varada por la realidad" >>
<<Alguna recaída, un poco de hipo brusco, para los fugitivos marcados a fuego.
Y alguno que otro hechizo, todo muy sencillo, si nada me conmueve...ni los tiroteos de mis amantes>>


17 ene 2020

Réquiem.

Entre las sombras convive con nosotros, forma parte de lo que somos.

Las habilidades para domar ese instinto dependen directamente del hábitat en el que se desarrolla la comunicación. Entre iguales, a priori. Pero eso es una quimera, nunca se da, en la realidad. Algo tan sencillo de ilustrar como que no es la misma cosa comunicar en la tele, con una alcachofa delante, que en una conferencia de instituto de secundaria, que puede estar también sonorizada y amplificada, pero tiene un público potencial mucho menor en número, e incluso también menor en edad, que la primera.

La dentellada. Sea al ataque o a la defensiva. Y la nobleza del ataque en pos de una causa justa, se desvirtúa en el momento en el que se minusvaloran y justifican los efectos colaterales devastadores, al igual que una dentellada a la defensiva provoca una cuota de reprobación y sanción del grupo a la víctima del primer ataque, aún cuando este haya sido también innoble.

Cómo el teniente John J. Dunbar se gana la confianza de Calcetines en Bailando con lobos, sirve para ilustrar el entendimiento entre animales de distinto lenguaje, sin tener que llegar uno a la dentellada por el noble motivo del hambre que aprieta, ni el otro a usar su arma a la defensiva con otro solitario, como él.

Hoy tengo la certeza de que no di la dentellada noble, a la defensiva, de la loba herida. Estoy devastada al comprender el desamor de quien no comprende que estaba en mi derecho de defenderme de cosas injustificadas, como criticar en abierto, al mundo, opinar sobre mí.

Y escribo esto porque la desolación viene de la casi certeza de que no vienes, no lees mis letras aquí. No sé si en otro sitio, pero si cerré esas puertas y dejé esta trampilla, quizá te parezcan mis locuras, pero buscaba respuestas. A tu silencio que duele tanto, a tu ausencia total y oscura para mí.
Entonces, con esa cuasi certeza y una mínima esperanza que me queda de que leas este despechado quejido: no opiné de ella nunca, no necesitaba ni quería tu opinión, pero ese bofetón de realidad que me noqueó en el momento y dejé pasar porque lo que dolía era el adiós, no los motivos, ahora vuelve a mi cabeza una y otra vez. No me lo puedo permitir, he de desembuchar y desahogarme, necesito paz. Y fuiste injusto, mucho. No estabas y yo sí, en el antro. A priori no sabes. Si sabes, no debería ser por ti mismo. Ya hablamos de esto, recuerdas lo del escepticismo discreto, después de mi último alejamiento y regreso. Mucho tiempo durante el que no has estado. Yo he callado lo que me pasaba en ese garito infecto por meses, sabías a grandes rasgos.

No puedo admitir una comparación tal. No puedo. No me parece coherente en ti. De las primeras cosas que me dijiste cuando lo nuestro empezó.

¿Se muere esto?
¿Lo dejarás morir manteniéndome engañada o en la niebla con estas dudas?
Yo te sigo soñando pero ahora no creo que me haga bien, como antes lo deseaba creer.




11 ene 2020

Mujer no es primero.

Tengo planes para nuestra historia, para mí de amor, para Ti no lo sé, quien tiene derecho a definir lo que está en su cabeza y en su corazón es sólo uno mismo. Son planes muy humanos, de necesidad de trascendencia de nuestros ídolos y ejemplos a seguir. Pero la necesidad más imperiosa en mí está del lado paliativo. Necesito calmar este dolor de no tenerte en mi vida, de no saber qué escuchas, qué lees, quién bebe de tu pena y si es suficiente para darte abrigo al alma. Si el placer que obtienes de recordarme al amanecer y en nuestros momentos más intensos es suficiente cuando tienes frío. Para mí no es, nunca será; algo se rompió cuando dijiste "prométemelo". Fue la sentencia de muerte. La confirmación de que era el adiós definitivo. Y hay una parte de mí ahora que se niega a aceptar lo que eso significa. Tus prioridades no son las mías y no habrá reencuentro. No me dará tiempo a llegar a ti, los problemas nos seguirán rodeando. A cada uno los nuestros. Quizá ya lo estabas viendo mientras yo elucubraba, como tú decías que hago. Aunque no, porque mi vida es cíclica, un puto bucle. También que tu experiencia vital sea más rica que la mía en estos lances, no lo sé. Pero la mía llega siempre al punto de tener que dar media vuelta porque otros necesitan más de mi sacrificio. Temporalmente... Y yo lo he asimilado ya como normal.
Y las personas somos un mar de complejidades...
Esta sirena se ha perdido en tu temporal, que vino después de la calma chicha, tras cada pequeña muerte...

Pienso ahora, tras teclear sobre la petite mort, en si escuchaste el último canto y en que te pedí que me contaras tu parecer cuando lo hicieras. Y en que he cerrado todas las puertas con llave y no sé si tu copia no entra por la cerradura porque no hay audición, -lo que me supera y enoja, perdona a esta estúpida, amor...-, o porque no abrirás ya más la puerta.
Mis juegos infantiles, también, en ese proyecto lírico secreto. Que tendrá que ser secreto, clandestino, como la mamba camuflándose entre las ramas de su mismo color.

<<♪♫Siento ♪descargas eléctricas♫ cuando te acercas♫ a mi ♪♫>>

Pero siempre en retirada, nunca la lucha es por mi felicidad plena si he de negar una parte tan importante de mí.
Y pocos lo ven.
¿Que prometa? Nada me sería más fácil que mentir de palabra con eso.
Y no hay puentes sencillos entre el fuego y el hielo.





10 ene 2020

Veintidós de abril.

<<♪Los problemas saben siempre dónde estas...♪♫

vestida de liiino ...de lino boniiito♪>> 


_ Leggins negros...
_ Mmmmm...

Flashes, en la memoria. Palabras que no repetiré quizá más a tu oído. Por qué. Necesito en esta nueva andadura, reservar esa parte de mí que es tuya por derecho. Quien se presta a mis juegos de seducción ahora lo sabe, lo respeta. Es, en realidad, muy parecido a ti. La lástima ha sido que él apareciera después, francamente. Pero no. Nadie consigue lo que tú y eso está tan claro desde el momento en que te pienso, -sólo esas tres palabras a mi oído y tus ojos clavados en mí-, como que rozar el clítoris en ese momento con mi dedo es electricidad pura. Conexión de esos pensamientos, a través de mi sistema nervioso, corriente de partículas, átomos y electrones, que descienden por mi espalda hasta mi sexo, y …. ¡Uf!

<<Recuerdos dulces imborrables, tragedia de mi ansia estropeando tu ofrenda>>


Aquel día en que me dijiste que me sabías de memoria; como yo te supe a ti, por mucho que entendieras que eso era la lealtad, dejar de mostrarme tus ojos y tus manos.

Eras el deseo a la enésima potencia. Un enigma aún para mí.

Y Eva siempre quiere saber. Y bailar tangos fatales.


(26 días sin saber nada de ti.
22 de abril, mi segundo cumpleaños del año

28 de septiembre, desde que volví...)*


*Post actualizado el 3 de marzo de 2022.


9 ene 2020

No sabes por qué.

<<No sabes por qué te quiero de esta manera...>>

Me entristece y me obsesiona. La obsesión es porque el límite lo puse yo, al ser consciente de que me había enamorado y la había cagado. Yo. Todo empezó como un juego. Un día dijo: "No soy nada del otro mundo". Me dejó impactada. No me pareció humildad, sino menosprecio propio, mi amor.

Dije que no quería saber para no sufrir, para no amarle más. En otra ocasión, después de haberle pedido eso, le reproché que no me contara lo que le pasaba. Pura incongruencia y bandazos, tal vez provocados por la confusión de las veces en las que cruzaba la línea de lo que es diversión para pasar a las palabras dulces. Y siempre la dificultad para comunicarnos, que lo emborronaba todo más, que no sé si me lleva otra vez por el error...

<<¿Qué es definir, para ti, vida? Para mí es establecer diferencias que ya estaban claras. Yo las tenía claras. ¿Quién no las tiene? ¿Acaso tú?

¿Es cierto que no eres celoso? Yo no juego en el antro ni intimo con otras almas solitarias por un motivo distinto que el de saciar el fuego del volcán que TÚ despertaste. ¿Acaso pensaste que no lo intentaron otros?>>

¿Alguien puede creer que alguien como yo, que folla cuando quiera, no lo he buscado fuera porque a pesar del daño y de la herida que eso causa en los yonkis del amor, como yo, no quería hacerlo sino ser leal al compromiso adquirido?

Yo me acuso a mí misma de ser cínica, cuando, explotada la bomba de la ira porque intentaba hacer lo correcto y salir de la trampa y rehacer mi vida, para que estando yo bien pudieran estarlo mis chinis, las empatías se han dirigido sobre todo hacia él. En el antro, donde por descubrir mi manera de ser y mis problemas me han llamado de todo, y en la vida quienes menos sabían de la versión por mí. Sí. Yo callada. Él hablando de lo loca que estoy con todo el mundo. Hasta con mi familia cuando se la ha topado por la calle en Burgos, en las navidades pasadas. Ha perdido él el norte y la brújula y no quiere hacerme caso con que necesita ayuda terapéutica, como yo, que ya la recibo.

Eso es lo que conseguimos en esos antros, en las redes sociales, con nuestra superficialidad vomitiva: estigmatizar el que alguien acuda a donde debe para que le ayuden y se solucionen mejor sus problemas. Solo no se puede.




<<Solo no puedes, amor. Coge mi mano. Perdona no haber estado para escucharte, como tú a mí.>>


8 ene 2020

Zapatos de hebilla granates.

Si hay algo por lo que yo sé de la grandeza de la persona que ha inoculado verdadero AMOR y se ha quedado para siempre a vivir en mi corazón, es por la calidez y nitidez de los recuerdos que esa persona evoca en mí.

De mi madre y de mi abuelo, a pesar de que no están pisando el suelo desde 1988 y 1999, respectivamente, son los mejores, sin lugar a dudas. Él y ella eran los dos excelentes narradores. Mi abuelo parco y austero como en la vida a nadie conocí, hasta hace poco... Aunque fue una capacidad sin duda heredada por su hija, mi madre, y después por mi hermano Javi, el nieto mayor, quien más y mejor le conoció.

Mi madre contaba muchas anécdotas de él, más a mí, en privado, cuando él ya no estaba, frecuentemente comentando el triste hecho de la cantidad de nietos que se perdería, empezando por la primera que nació después de él fallecer. Sí, mi hermana pequeña fue la primera de cuatro nietos que nacieron después, a lo que se añaden los diez bisnietos ya llegados a este mundo, en treinta y dos años desde que nos dejó.

Una de mis favoritas que solía contarme, también mucho a petición mía, era: 
<< ¡La de cuando me sacó de paseo y me compró las merceditas granates, mamá! >>

 A ella, además, se la encendía el pecho y el candil en la carita mientras contaba cómo su padre estaba loco por su primera nieta. Es un recuerdo verdaderamente nítido para mí de la faz del amor auténtico.

Me llevó al parque Buenavista de Gamonal, a los troncos de madera, el arenero y los columpios más molones del barrio, en aquella época de mi niñez... (Hoy en día y hace años ya, que se utiliza ese espacio para las cada vez más escasas sesiones de pirotecnia, del total de las que se programan en fiestas de Sampedro, para el barrio obrero más populoso de la urbe y en el extrarradio oriental de la ciudad).
El caso es que mi abuelo Raimundo, agarrándome de la mano mientras yo saltaba por los troncos, -serrados, a modo de videojuego, de la zona infantil del verde parque,- se fijó en que llevaba mis zapatos de diario para el cole desgastados por las punteras. Y claro, ni corto ni perezoso, para la tienda más cercana, en ese mismo momento que me llevó.
Esa zapatería más cercana en aquella época, era una de las de la Calle Vitoria de Gamonal, en sentido descendente, en la acera a mano izquierda desde la vía principal que atraviesa la aldea. Era una tienda carísima, prohibitiva para la mayoría de los bolsillos de un obrero con un sueldo medio, y situada en la arteria burguesa principal del barrio por algo. Médicos, aparejadores, farmacias, bares de bravas, el Bar Reno y sus recreativos, los comercios textiles de cadenas de barato, La Orensana y La Flor Catalana. Y entrada a Burgos viniendo desde la capital alavesa que le daba nombre a la yugular de entraba al antiguo pueblo que se convirtió en barrio de aluvión denso.
Los zapatos eran de muy buena calidad, eso sí. Es lo que buscaba mi abuelo y sabía dónde encontrarlo, a pesar de no estar al alcance de su bolsillo sin tener que rehacer cuentas para llegar a fin de mes.
Y nos fijamos, me fijé, en unos de color granate preciosísimos que me duraron un montón (mi abuelo los compró un par de números más que el mío y los usé con algodones, truco típico para paliar la enorme velocidad a la que crece el pinrel en esas edades infantiles). Yo solía llevarlos o negros o azul marino "que combinan con todo" según mamá decía (yo también lo procuro con mis hijas, claro, es del todo lógico). Pero mi abuelo se empeñó.

Me los llevé puestos y cuando llegamos a casa mi madre le echó la bronca mientras él sonreía de oreja a oreja y decía "la niña tenía los zapatos ya rotos, qué hacer que comprarle otros, si va con su abuelo".

...


"Son muy bonitos, padre... ahora le tendré que comprar un polo y alguna cosa del mismo color..."

7 ene 2020

Carta Dos.


Me prometí que mientras no viera indicios claros de que has visto la carta Uno no habría Dos. Pero después he pensado que quizá accediendo desde el móvil o si tardas días en hacerlo, si es que lo haces, a estas cartas selladas con contraseña, se te iba a quedar abajo la entrada y quizá no la vieras...
Se queda abajo porque estoy realmente mal. Jodida. Y es cuando no puedo parar de escribir. Creo que lo sabes. Pero el efecto es que, con tanta actualización, las cartas secretas que te quiero hacer llegar se pierden en los días que corre el calendario, desde que no estás.
Tengo una duda que me asalta. Cómo me gustaría que dieras señales de vida sin tener que ser yo la que lance un SOS o te desbloquee en WA para romper yo este silencio. No te he dicho ni feliz año ni nada, aunque sabes que te lo deseo de verdad. Otra cosa es que me agarre al clavo ardiendo de que el año acaba de empezar... que puedo soñar al menos que parte de esa felicidad, aunque fuera por unos días que no lleguen ni a semana, la compartirás conmigo.
No puedo estar sin ti, esa es la verdad. Pienso una y otra vez en si quizá dijiste que ella te comprendía porque le dijiste algo sobre lo nuestro.
No quiero opinar de ella ni de ustedes dos; pero sí quiero que sepas y te lo voy a repetir mil veces y las que haga falta: no fue honesto porque no es una persona honesta. Sigue a día de hoy creyendo que puede recuperar la relación, ayer por la noche tuvimos una discusión porque tenía programada ya la vasectomía en el hospital y no había anulado la cita. ¿Me puedes decir qué significa eso junto con que no se va de mi casa y me provoca y me llama loca a cada tres frases que dice? No lo puedo soportar, pienso que has cerrado la puerta y yo lo he aceptado sin estar lo suficientemente fuerte para hacerlo frente...
También pienso que te cansaste de que la situación te afectara o que... ¡NO! ¡basta! Dijiste definir las cosas, y que querías salvar la relación con ella. No escribo ya más, meto la contraseña y lo subo.


Mudando la piel...

...de serpiente. 


<< Sueño con serpientes, con serpientes de mar.

Con cierto mar, ay, de serpientes sueño yo...>>


Dejas atrás las escamas viejas, que caen, apareciendo las nuevas que crecieron debajo, entretanto. 
Es necesario el cambio, la muda, cuando has terminado de crecer durante una etapa vital concreta. Los escudos de queratina están desgastados y hay heridas y parásitos de los que te has de librar, ya lo sabes, la lucha no cesa.

Reptar silenciosamente es lo que peor llevas, cuando se trata de acechar al que ha intentado cazarte y meterte en el saco. 
Pero resulta que se te ha dado bien. El sigilo con lo que entra por tus oídos y que sabes que no debe salir de tu boca. Te ayuda ahora a distinguir cosas que no veías por la confusión noqueante del amor, y que ha destapado la terapia, como nube de humo que se disipa. De golpe y a bocajarro, sí, lo que ha sido duro y provoca unas fases depresivas muy jodidas de sobrellevar. Son las mambitas, las tres, las que te sostienen. Ahora lo sabes.

Y sabes más cosas sobre ti. Que te gusta ser serpiente en contraposición con lo que una y otra vez tratan de llevarte al huerto con que seas: La Eva del Génesis, madre de todos los hombres. Y en verdad Eva quiso saber y Eva siempre va a querer saber... lo que necesita ahora es ser serpiente que sisea la verdad del fruto prohibido.

<<La serpiente que te tienta a arriesgarte con ser expulsado del Paraíso Inventado>>.


<<Largas, transparentes, y en sus barrigas llevan
Lo que puedan arrebatarle al amor
Oh, la mato y aparece una mayor
Oh, con mucho más infierno en digestión
No quepo en su boca, me trata de tragar
Pero se atora con un trébol de mi sien
Creo que está loca; le doy de masticar
Una paloma y la enveneno de mi bien
Ésta al fin me engulle, y mientras por su esófago
Paseo, voy pensando en qué vendrá
Pero se destruye cuando llego a su estómago
Y planteo con un verso una verdad >>


SUEÑO CON SERPIENTES | SILVIO RODRÍGUEZ | DÍAS Y FLORES 1975

6 ene 2020

Evolucionando.


<<La noche que rompe la copa vendiendo ilusiones, dejándote retazos de sueños por los rincones...>>


Volviendo atrás. A nuestras conversaciones sobre el antro. No es por tu causa pero he vuelto allí con intención de coma etílico. Predispuesta a desprenderme de todas las capas, en simulada entrega a los vampiros, ofreciendo mi cuello y mi cuerpo. Dispuesta a la perversión.
No sé qué hago exactamente, salvo dejarme llevar por el instinto animal suicida de alguien a quien nada importa ya porque lo que importaba, mi amor propio, se ha quedado colgado en el limbo. No sé ya si me interesa salvar a alguien de la quema o, al contrario, añadir más queroseno y unirme a las llamas.
De nuevo he establecido vínculos con lugareños recién descubiertos y me jode sobremanera hacerlo, pero la realidad es que ahora me apetece desaparecer de ahí. Quitarme de en medio y que sólo aparezcan los post programados para publicar.
Yo no estoy enganchada, no tengo ese problema. Tengo otros, soy adicta a otras drogas. Pero sí tengo que superar la cuestión de entrar ahí a hacer amigos que luego no podrás fácilmente sacar de allí mismo a otro lugar. Abomino tanto del antro, aunque haya conocido allí al hombre de mi vida y sin que para ello tenga nada que ver el hecho de haber fracasado con esa relación, pues la sacamos pronto de ahí, que me he empeñado en conocer cómo funciona, pues es bueno, imprescindible en esta vida, diría, conocer tanto a los enemigos como a los lugares funestos que frecuentan, para entender en la medida de lo posible lo que pasa por sus cabezas pensantes.
Por eso lo que sufro es el mono ajeno, demasiadas veces ya. De mis amigos. El rato momentáneo de lucidez en mitad del pedo, en el que dices "vámonos para casa, cogemos un taxi" pero se queda en eso, en una primera intención. Que finalmente es superada por otras dos o tres "penúltimas" copas que harán que en el siguiente rato de lucidez de tu amiga estés sujetando la frente mientras pota por intoxicación etílica. Exceso de sustancias. Ese rato en el que la que va a cocacolas oye la misma cantinela de siempre "qué putas ME LAS HA HECHO PASAR el alcohol", como que la botella de ron tuviera patas y te persiguiera incansable hasta que la viertes 'on the rocks'
...

Así es la cuadrilla, tus amigos en el antro. Y tú la plasta que estás harta de escuchar sus lloros cuando te cogen por banda en el reservado, en un aparte, donde te cuentan que les gusta más el garito de al lado o estar al aire libre. Luego se les pasa el amarillo y vuelven al corro de la pista a bailar "Mambo number five" con el resto. Hasta la próxima pota. Propia o del primo del colega de aquél otro colega que le ha tocado el turno de la papa.
Todos "¡viva el vino!" hasta que se enganchan un buen pedo, entonces ahí es que el vino estaba picado, y eso. No que el vino emborrache, no.

No que la red social de turno sea ese bocata tortilla en mal estado de la trola que contabais a mami, que os sentó mal estando de fiesta (y que es que el garito es un bar guarro, qué paciencia...) cuando empezabas a vomitar de la cogorza tras llegar a casa. Sé de un tabernero que a poco acaba a hostias por el típico padre gilipollas que le fue a criticar la tortilla, delante de la clientela, porque su niña es muy buena y no dice mentiras.
Siempre ha sido recurso de padres autoritarios y mediocres, el echar la culpa al empedrado de no conocer ni una miajita a sus churumbeles.




Por lo tanto esa peña menos me va a conocer a mi, con sus juicios de valor sobre mis tetas o mi culo o mi exhibicionismo.
Ya exhibí lo verdaderamente importante de mí y lo han apaleado, pisado y triturado.

No, yo no soy transparente, soy legal y voy en cueros.

Ahora la evolución es que no sepan cómo llegar a mí. No mostrar nada de lo que él vio, esa es la meta.

[...] ...pero nena, tu risa es la magia de los 'rockanroles', tatuada llevo la marca de tus aguijones>>


ÁNGEL DE LOS PERDEDORES | TREN DE FUGITIVOS | EL SOLDADO 1997

Amores perros.

No es sólo el título de una de mis pelis favoritas, ya no de Iñárritu, que por supuesto, sino de mi vida. Ya me gustaba antes de verla. Ya intuía por el trailer y el título que me iba a tocar, pegar, mejor dicho, muy, muy hondo. Y así fue. La adoro y, junto con su BSO, es para mi una cascada rica y caudalosa de recuerdos y sentimientos bellos, tristes y de añoranza o cálidamente acogedores, por su cercanía.

La rabia del perro, que es más noble que la humana, pues se trata de un patógeno que puede infectarles y nosotros no necesitamos de bicho externo que nos espolee para actuar con rabia. Esa es la excusa. Y el camino hacia el entendimiento de esta verdad yo lo he transitado de la mano del desamor. Del desamor de alguien bueno que me quiere pero no me ama. Y la rabia nace de mi interior porque no está a mi lado y según mi prisma subjetivo, ha de estar para ser feliz.
Pero... ¿Quién? Por supuesto: YO.


<<(En primera persona este cachito de plena actualidad de mis sentimientos a flor de piel, catarsis obliga, es la franja temporal de las tres semanas, estoy en caída y no me siento libre, sino asustada...)

Mierda.>>

No puedo así. Soy muy consciente de que el camino del olvido está aún impregnado de dolor porque no soy yo la loba afortunada que él quiere que le ame por las noches y le lama las heridas cuando vuelva lastimado y exhausto a casa. Y eso me parte el corazón. Pero a la vez lo amo y amar es desear que ella vea a QUIÉN tiene a su lado, si es que no lo viera, que me parece imposible... Entonces si no es eso, que despierte y renazca la chispa entre ellos, y que crezca, que crezca tanto y más mientras la mía siga resistiendo a apagarse... Que lo hará. No sé cuánto habré de esperar pero tendrá que indistinguirse al abrigo del fulgor de lo que renació. Eso espero. Pero esperaré a que suceda intentando sonreír. Pensando en que eres feliz y que yo lo soy porque hago lo correcto, aceptando la realidad. No añadir más daño, aunque del que otros ya hicieron antes yo no sea responsable.


<<No es el momento ni es el lugar...
¿podré olvidarte o me acordaré toda la vida de ti?
Si me amaras, indio, es como me sacaría la melancolía...
con tanta melancolía... ¿sombrío y feliz? >>


Quiero, que me abraces esta noche,
Quiero, que me quieras de verdad,
Pero sé que eso es imposible,
Así que en perro voy a reencarnar.
Quiero, que me saques de paseo,
Quiero, que me enseñes a saltar,
Quiero que me rasques este pecho,
Y me des Dogui de cenar.
Quiero que me retes cuando rompa,
Tus zapatos y tus botas,
Quiero que me azotes con tu ropa
Tus calzados y demás.
Quiero despertarte con mi lengua,
Quiero que acaricies mis orejas,
Quiero que me amarres con cadenas
Y me dejes dormir fuera.
Por eso quiero ser tu perro,
Es la única manera que yo encuentro,
Por eso quiero ser tu perro
Y dormirme en en tu falda en invierno.
Quiero orinar... en tu alfombra...
Quiero dormir en tu sofá
Quiero saltarte, al entrar,
Y llorar las noches que te vas.
Por eso quiero ser tu perro
Que es la única manera que yo encuentro,
Y dormirme en tu falda en invierno...
Oh oh oh oh♪

SER TU PERRO | PARMI | SOFIA VIOLA 2017





5 ene 2020

Enganchada a tu sonrisa.

"Me enciendes por dentro... ya no necesito más..."


"Embustera" era un apelativo tan concreto y dedicado para mí de mi abuelo Raimundo, ese hombre bueno, duro pero sentido, que tanto luchó y disfrutó de los pocos momentos sencillos que por tiempo la vida le concedió. Mi abuelo me decía esa bonita palabra a mis oídos a la vez que me abrazaba y me besaba, a su llegada a casa de la faena diaria, de pastorear las ovejas del amo. Solía hacerme rabiar porque me rozaba adrede el mentón por el moflete, con la aspereza de su recia tez de hombre de campo. Recuerdo con nitidez sus vivarachos ojos claros, riendo a carcajadas por mi enfado, viéndome frotar la cara con la manga. Estaba feliz de tenerme en casa en las "vacaciones de la escuela", como él llamaba a mi colegio de más de mil alumnos en Gamonal.

Y ahora te recuerdo a ti también. En julio, acariciándome el alma, con aquella bellísima canción que me enseñaste, compartiste conmigo y que tanto tenía que ver con mis orígenes, sin tú saberlo, a priori.
Esa sabiduría universalmente sensible, delicada, que me deja perpleja...
Si te pienso en estos términos de conexión, que es una especie de hechizo sobre mi persona, hay ocasiones en las que, si no me paro dos segundos a respirar, saldría corriendo hacia no sé ni dónde, para abrazarte...

Escribir y añorarte, qué voy a hacer con esta locura sino eso. Para contenerla en algún punto, porque se asemeja a una Gran Ola. Y si no surfeo segura de lo que hago, me tragará. Lo sé.

Por eso escribo. Pero estaré bien. En STAND BY.

4 ene 2020

Inconstante.

<<Me alejo, te aproximas;
Te alejas, me aproximo...

Me buscabas y huí...
(estabas desocupado, yo también, pero temblaba al otro lado de la línea...)
Huyes de mí, entonces yo te busco.>>

Y ahora que ya no estás, trato de ser libre, porque creo que es lo que querrías, trato de ser yo. Y a la vez tengo miedo de que te confundas, que pienses que te he sacado cuando el hecho de tu distancia, convertida en silencio perpetuo, se me hace insoportable, y es por eso que necesito venir a escribirte aquí.
A recordarte que la mujer de verde sólo duerme y espera eternamente por ti.

Vuelvo a mi isla, a recoger bártulos, de entre la tunera que creció descontrolada, por no estar en su mejor momento el clima para descuidar la parcela del cariño. Los higos picones se recogen con guantes gruesos y se ponen a la venta con pinzas de metal.
Muchas espinas se me han colado en estas manos sufridoras, hábiles, de uñas mordidas, -mami, sigo, sí, lo sigo haciendo y lo siento...- estudiosas de todo lo que palpan, sean los ingredientes para la cena, sean los brazos de sus amores durmientes.
Dedos largos que teclean mientras esperan enredarse en ti y acariciarte.

Por siempre te esperaré, aunque te diga que no quiero tus rayos.

Es mentira, soy inconstante.




<<Utilizaron la imaginación para subir volando
el cielo los miraba mientras ellos seguían hablando
el viento impulsaba sus cuerpos
para hacer más fácil la ascensión.
decidieron quedarse para disfrutar un rato,
ya llegaría el momento de bajar al suelo raso
qué pequeño se ve todo
lo que desde abajo tanto miedo da...
y subieron aún mas alto
donde no podían tocarlos

Llegaron a un lugar del que nadie sabía nada
eran conscientes de estar descubriendo
una verdad olvidada
entendieron entonces que ya nunca
volvería a haber marcha atrás
delante había oscuridad pero no daba miedo
se preguntaron cuál de los dos cruzaría primero
se dieron la mano se miraron
y lo hicieron a la vez ...>>
AÚN MÁS ALTO | EL RINOCERONTE | ELEFANTES 2014


Carta Uno.

No pienso engañarme más. He encontrado un paliativo al dolor, pero sólo sacia mi sed animal. Es buen hombre, también maduro, sensible e inteligente como tú. Y está enamorado de otras dos mujeres, como tú.


Sabes que si me hubieras llamado lo que te voy a preguntar ahora ya estaría formulado desde entonces, o eso creo yo, es mi única tacha de salvación del naufragio al que me aferro.

Así pues, amor, ¿decidiste por mí? ¿Me amaste como para pensar que me complicabas la vida o cómo es esto? ¿Por qué has roto antes de vernos de nuevo? ¿Por qué achicas agua de esa manera ineficaz, pasando por alto que te amo, que no puedes pedirme que te prometa ser feliz sin ti?

No, Mi Pibe, me habrás de llamar y decirme que no me amás, no que no me preferís, no... ESO NO ME VALE. Para quitarte de mi cabeza y sacarte de mi corazón, no vale... llámame y me dices que no deseas acariciarme de nuevo, antes de un adiós definitivo.

Y entonces me iré y sí trataré de ser feliz con una alternativa que no tenga que sufrir mi amargura.



3 ene 2020

El diablo era delantero de regional.

_ ¿Qué ha pasado, M.? ¿Vas a dar la cara y decírmelo tú mismo? - susurraba ella entre lágrimas.
_ Soy idiota, bebí mucho ese día... como hoy. No sé qué decirte...- bajando la cabeza él, mirando al suelo, en un hilo de voz casi inaudible.
_ Sólo quiero saber si podemos superarlo. El primero que ha perdido el culo para venir a contarme ha sido mi primo, más tarde mi hermano R. Pero no ellos. Tenía la esperanza de que mis hermanos te encubrieran, en esta situación, porque pensasen que fue una cagada muy gorda, que te mamaste, que me echabas de menos... no sé... ¡joder, dímelo tú! ¡Que no estoy perdiendo el tiempo con alguien a quien se la sudan mis circunstancias...! ¡No lo puedo soportar!- empezando a bajar las escaleras, desistiendo..., pero dudando... se había enamorado por primera vez y había pensado que era RECÍPROCO. En verdad lo necesitaba en ese momento crucial de su vida.

<<Entonces ÉL, la agarró de la mano...>>


<<Pero el diablo, cuando no tiene palabras para sortear, oculta la mentira, con tentáculos y besos dulces, con caricias y electricidad al tacto...>>



Gold! (gold)
Always believe in your soul
You've got the power to know
You're indestructible
Always believe in, that you are
Gold! (gold)
Glad that you're bound to return
Something I could have learned
You're indestructible (always believe in)
GOLD |SPANDAU BALLET |LP: 'TRUE' 1982







2 ene 2020

La Flor del Dolor.

<<Saldremos a la luz de la islita, y nos rozará el salitre de la marea, mi niña grande, mi hermanija querida ♥♥♥>>

Todo es ya muy pronto para quien llega muy tarde, a los créditos...

<<Esos lindos ojos tristes. Enrojecidos por el llanto, no dicen, imploran una tregua, porque le tocó vivir muy deprisa, a su pesar...>>

No se conocieron el abuelo y ella. Le habría hecho lo de "quién se ha comido las uvas", esas gansadas heredadas de padre a hija y de ahí a nieta y bisnietas, que lo que nos gusta un niño es casi de sacar la mayonesa y ponerlo entre pan y pan. Ellos son los que valen la pena, tienen la llave del futuro y SON los más importantes. Mi abuelo eso lo sabía y siempre nos defendía y responsabilizaba a los mayores cuando alguno era más trasto. La última vez que lo vi y él me miró a los ojos estaba a unas horas de entrar en coma por el uso de las gotas de morfina administradas por los tíos y mamá. Sobre todo mamá porque apenas se separó de su cama durante esos dos meses. Lo adoraba.
No había terminado de hacer el duelo cuando advirtió que se había quedado en cinta por sexta vez.

Y lo que la amó después a esa inesperada Flor, lo que sufrió por ella, lo culpable que se sentía y se fue, por ser tan frágil aún el capullito esbelto y lindo. La de la piel de luna llena y cabello azabache, que se gestó en la infinita tristeza del desamor, la irresponsabilidad y la insensibilidad del hielo seco, acompañado de tragos de odio que escupe ira ante un bebé.

Teniendo la chinija cuatro años escasos casi nos despeñamos con ella varios más. Con un coche ajeno, para mayor disgusto, después de salvar la vida de milagro, por una rústica montonera de tierra prevista de retén al borde del barranco, en forma de herradura, en la curva de entrada que nos comimos.
Asistíamos a la comunión de una prima en la provincia y nos lo prestó otro familiar, al que mamá, como solía ser habitual, porque era quien tendía las redes de cariño con sus numerosos seres queridos, pidió el favor, ya que el nuestro estaba averiado. Lo teníamos desde hacía meses en el taller de la casa, con un estropicio de chapa tremendo y carísimo, tras otra vuelta de campana por exceso de velocidad en un puerto del Norte de Burgos, con hielo en la vía. Venían de trabajar de un pueblo de la provincia, ya que en la ciudad en invierno estaba duro sacarse las habichuelas, para un autónomo con cinco bocas que alimentar. Iba con él mi hermano el segundo, de diecisiete recién cumplidos. Salieron también milagrosamente ilesos, salvo por cuatro rozaduras.

Quien no sabe lo que es vivir con miles de remordimientos que no te corresponden, no sabe nada de ella.

Por eso, deslumbrados por la belleza de sus nuevos brotes, de cada pétalo incipiente de su tierna corola, nadie se ha percatado aún de lo frágil que es.

Se acostumbró tanto a que admiraran sus colores extravagantes y vivos, sus cualidades olfativas, el estupendo porte y todo aquello que está solo por fuera, que una y otra vez olvida quién es, cuánto sabe y lo poco que valora su creativa visión del mundo que le rodea.

Ese filtro esplendoroso y único con el que mira la vida ella, que te hace confiar en sus buenos sentimientos, aún cuando pide amor enfurruñada o quejándose como una niña abandonada que es...

Tantas veces. No una. No por uno. No por una docena. La mezquindad es algo que se puede tocar con las manos en las familias des-estructuradas por la falta del miembro guía, del que marca la pauta a seguir en el grupo por ser el más resolutivo y aglomerante de ideas, por tener cariño siempre más que suficiente para repartir a todos;
Pero la que es sucesora por derecho y convicción, la que es pegamento que ha asumido ese rol sin dudarlo, tras fallecer pronto el amado padre, y con el inicio de los conflictos con la severa madre, que es más de "la letra con sangre entra". Y echa leña entre hermanos, hermanas y parejas de todos ellos, ya casados y con hijos, con tal de salirse con la suya y acaparar la atención de ese celoso y autoritario amor del "se debe amor y respeto a los padres" -, de manera que nunca ha entendido a su hija mayor...
Puro Raimundo, amor y desprendimiento de pétalos, en curiosa y bella metáfora con la rosa, esa flor que a ella le encantaba, paralelismo a su vez con la caída del último pétalo de una de las primeras películas que con mi bella Flor del Dolor fui a ver al Cine, -'La Bella y la Bestia' de Disney- , para que disfrutara de momentos inolvidables con su Tata Rata Grande. Y que así nunca, -PERO NUNCA, NUNCA, NUNCA- ELLA olvidara, que a su "madrinermana" se le dan de puta pena las plantas pero que el ser "medio hermana-medio hija", jamás será responsabilidad de ella en ningún caso. Sí el intentar ser feliz. Por su madre y su hermana, mi pequeño Ratonovitz...♥
Su dolor es insoportable para mí desde siempre que le han tocado los palos tan duros de la vida que ella ha recibido siendo aún una niña asustada. Y es soportable solamente en la medida en que reconozco su crecimiento y su valía, con bondad y sin pisar, haciendo honor a las enseñanzas que recibió, que por poco tiempo recibió de mamá directamente, hasta que traté de recoger el testigo porque la vida me puso su crianza en el camino.
Creo que mamá estaría orgullosamente enamorada de la mariposa que su hija pequeña es. ♥

Hay más dolores insoportables en mi vida desde este año que recién acaba que no tienen que ver con el que me produce su sufrimiento derivado de que la vida no la haya tratado como ella merece:

<<CON INFINITO AMOR, MUCHO MÁS QUE PALABRAS, HECHOS, ABRAZOS, CARICIAS, RESPETO POR SU LUCHA... >>

Apoyo en lo que hace y, cuando no sale bien, también apoyo, para que no tema seguir adelante, siempre, como ratoncillo inquieto que es, buscando su sitio, sin arredrarse ante los conflictos y solventándolos, con una madurez muchas veces digna de personas que le doblan la edad.



<<You live, you learn
you love, you learn
You cry, you learn,
you lose, you learn
You bleed, you learn,
you scream, you learn
I recommend biting off more than you can chew to anyone
I certainly do
I recommend sticking your foot in your mouth at any time
Feel free throw it down (the caution blocks you from the wind)
Hold it up (to the rays)
You wait and see when the smoke clears
You live, you learn, you love, you learn>>
'YOU LEARN'|JAGGED LITTLE PILL|ALANIS MORISETTE | 1995