<<Sabe muy bien que no está hecho para el AMOR ♫Vive del placer de ser tan cruel e inaccesible...♪♫>>
Ni yo era esa clase de zorra ni él venía solamente a lo que surgiera. Conscientes o no, nos estábamos buscando. La búsqueda incansable de la sal de la vida, cuando algo ha hecho aguas en la nave que nos traía por un caudal de experiencias y relaciones que nos moldearon, irremediablemente.
Cuando ves que te has alejado de tu esencia y ha tenido consecuencias fatales para ti y los que te rodean, no puedes retroceder ya en el tiempo. Solo queda mirar para delante y, por mi parte hay una cuestión sobre la que poca duda albergo: no soy un cangrejo. Soy sirena, anguila, serpiente, en todo caso. Hacia delante.
<<Y qué mierda significa eso si tú te me quedas atrás, en el recuerdo, para colmo imborrable. Yo no quiero beber de copas lindas a tu salud, un frío día cualquiera en el que nos veamos ya reviejos. Yo quiero beberte a ti. Ya. Cuanto antes. Y no puedo. No me das lo prometido. Has faltado tú a tu promesa. ¿Cómo te atreves a pedirme que sea feliz sin ti?>>
(No era igual, yo le amaba, él a mí, no...)
<<No creíste...>>
Entonces todo se nublaba de nuevo. Volvía el recuerdo del amor francés:
<<No es sincera, pero te gusta oírla...>>
Necesitaba volver a mirar a esos ojos, a la vez que sacarle.
<<Cuándo y cómo me pasó esto de ser tan frágil y a la vez dura, como un roque atlántico: "Sirena, vuelve al mar, varada por la realidad" >>