Ella contándole a él, que le pasa también al otro lado, cuando están on line. Que, en general, cuando pone emojis de rubor en sus redes, realmente está roja de vergüenza al otro lado. Es muy sexy ese lado infantil. Pero hay que ser cuidadoso con esa aparente dulzura inocente. Se arrebata y enoja rápidamente, si tratas de hacer de padre, es muy irritable con la condescendencia y los paternalismos. Es obvio que la irrita porque la han minusvalorado de verdad, no es algo que esté entre sus equivocadas percepciones. Se machaca y culpabiliza por todo, es un nivel de auto exigencia muy alto.
Se lo dije y contestó que es porque así es como sabe ella salir adelante en la vida, un poco borde. Pero cuando es dulce, no tiene igual. Y quizá no estaba muy enterada de eso, no lo está...no lo sé. Pero los dos queremos vivir esto intensamente cuando podamos vernos porque ninguno lo habíamos vivido antes, reciprocidad y compatibilidad sexual desde antes de vernos en persona. Ya lo sabíamos. Al menos yo. No se lo dije, ella sí sentía presión, por una mala experiencia anterior con altas expectativas insatisfechas. Después de la primera vez, en la que nos corrimos ya juntos, ella sí que pensaba que sería bueno pero no tanto. Yo sabía que las probabilidades de que saliera como ha salido eran muy altas. Faltaba el olfato nada más. Y nada menos. Pero está claro que desde que nos pudimos mirar a un metro de distancia, sobretodo durante la comida, la última y decisiva pieza también encajó..."<<Ese primer polvo fue salvaje, aún lo pienso y se me pone dura. De cómo empezó, suavemente besándonos en silencio, de pie, en la puerta, nada más cerrar. Encenderse la respiración y pasar a comernos las bocas mientras el uno quitaba la ropa del otro. Allí en la puerta, semidesnudos, ávidos por tocarnos, nos abrazamos contra la pared, apasionados, ella me comía el cuello, yo le arrancaba las bragas... Besos, dulzura otra vez... ella mojada, mis dedos entrando en su vulva cálida... notar mi erección seguir creciendo al contacto con su humedad, y ahora la oigo decir, suave, entre gemidos "quiero que me folles..." Le doy la vuelta, ella aprovecha para guiarme hasta una cómoda, donde apoya sus brazos, después de soltarse el sujetador al completo. No puedo más, la quiero mía, le entro por detrás... le doy todo mi deseo atrasado de golpe, ella se estremece y me acoge, me ofrece más su culo aún, excitadísima y yo como loco al ritmo de su diabólico y dulce vaivén...>><<Córrete para mí...>>
"Nos corrimos muy rápido y juntos, ella estaba entregada completamente a que le proporcionara el placer de hacer realidad meses soñados..."