Y que cada vez que leas mis palabras haya menos ira. Más olvido y perdón, pero de los magnánimos. De quien se sabe legitimada a tener la actitud altiva de decir: "Tú te lo perdiste, tú la cagaste".
Y yo seguiré haciendo mis cosas...
Existirá el ventanal, más la puerta de la casa se ha borrado, ya no hay acceso en ningún tabique del perímetro.
Sólo podrán leer a la loca cuando salga a vociferar para calmar el ansia del animal herido, por la confianza traicionada.
Una canción, un verbo. Una alusión a un día o hecho concreto. Perdido en el marasmo de Internet. Un rastro ínfimo de un amor que a nadie sirve, salvo al emisor del desahogo, por un instante. Que también se irá lejos, pues el tiempo es esa dimensión que aleja más a dos personas que los mares entre los continentes planetarios. Mucho, pero que muchísimo más que el espacio, aleja el tiempo.
Dejar hacer efecto a la pastilla, es tiempo.
Ver quién pierde en todo esto, es tiempo.
Yo no me siento perdedora, a pesar de todo el trayecto. Mis hijas están a mi vera.