Es deuda.
Y he cumplido. Vos no.
Soy feliz, como me hiciste prometerte, contigo fuera de mi vida.
Hace exactamente 638 días que escribí "Cuando todo acabe", sin saber fecha cierta del final, en un grito tecleado al mundo, sabiendo que llegaría el momento de escribir esto que registro hoy en mi blog.
Tengo la certeza de que por fin todo acabó. También de que no es el final feliz que a ti te hubiera gustado, y de que no sonrío, cuando te pienso, acaso hay una mueca cínica y de desdén. Que supongo inspiraría (ha inspirado, en mi opinión y tras escuchar muchas de sus letras) alguna canción del Indio de las que recuerda la militancia ricotera con más apego. Muy coherente, desde luego.
Pero no. No son mi tribu, decididamente. Y aunque me gusta más con Fundamentalistas, para más INRI, me cae mejor Skay. Lo de la humildad inclina la balanza a su favor, me parece un buen tipo.
Siempre he tenido una aversión al cinismo pose. Me parece que algo se filtra al poso, desde el disfraz.
Eso es todo, ni siquiera amigo.
Ya no inspirarás más.