<< - ¿Qué tal, Momo?
- Mejor. Siempre mejor después de una ducha.- Le contestó sin mirarle, de perfil mientras se preparaba un café en la máquina de personal. El sonrió mientras ella se hacía la despistada, para no devolverle la sonrisa...
"Guarda la distancia, o tirarás algo de los nervios que te provoca el contacto estrecho con él..." (Ella, para sus adentros)>>
Esta vez has salido airosa y tu chulería natural ha funcionado. Es divertido. Sí, decididamente te hace gracia lo de desafiar su altivez y ser más borde que él, en plan vacile. Sabes hace tiempo que lo descolocas, pero además lo que te cuentan los demás sobre su relación con ellos, te reafirma en tu idea de que no se atreve igual contigo.
Será porque desde que vas con la actitud transparente de advertir de que tu coco flipa, hay personas que, por las razones que sean, incluidas obviamente experiencias propias y/o cercanas con la enfermedad mental, están sensibilizadas y él es uno de ellos. Y este es el pensamiento correcto. Lo otro es una fantasía. Que te ayuda a sobrellevar ese curro de mierda en ese antro putrefacto que es un puto resort de todo incluido en los tiempos que corren. El mejor resumen es que la clase obrera sangra a borbotones y está más dispersa, descentrada y desunida que nunca, perdido completamente el rumbo hacia y por el bien común.
<<Rango es una mierda de convención en el sector de las que tienen que servir>>
Recapacitemos.
Dejemos la negrura de la discordia entre proletarios, hacia la luz de la convergencia por el bien común.
Ahora o nunca.
Nos va la vida en ello.