(Volviendo a ratos a la primera persona...)
Mamá usaba esa palabra para referirse a una destrucción masiva infantil. También para el derroche o manipulación incorrecta de carnes y alimentos en general. Porque había pasado hambre, decía.
Dentro de su oscuridad, belleza. En el verbo reconocerla siempre. Esa autenticidad que destacaba. Clara, concisa, de agilidad mental relacionando conceptos para expresarlos, incluso a su manera. Con sus errores gramaticales, incluso orales. Tierna, siempre queriendo aprender y abierta a ello. Ay.
Qué me diría. No sé. Cuando estoy en bajada porque las echo tantísimo de menos es muy frecuente que piense más en todos mis errores, aumentando también la tentación de pensar en que el divorcio es otro. Creo que Gran Mamba estaría de acuerdo en lo fundamental conmigo. Tardé, tardamos en actuar. En cambiar el rumbo de la deriva en la que navegábamos.
<<Arrepentirse de elecciones en los cruces es lo natural en la vida.>>
Ya está amainando el alisio, el mes que sigue a este es Septiembre. Alcanzarás la edad de ella. Alcanzarás otro peldaño más, dejarás atrás unas dudas para afrontar otras. Seguirá pasando gente nueva por el resort.
<<Las mambitas alcanzarán la edad de la Flor cuando la abuela partió. >>
Y otra coincidencia en la dimensión tiempo, otro límite, horizonte, frontera... cuando no hay otra cuestión ahora que la evidencia de que el cambio climático hará bien jodida la vida a mis hijas y nietas, si llego a verlas.
Siento mucha rabia y estoy enfadada por algo que no puedo cambiar: ser humana.
Solamente puedo intentar compensar, juntando letras, tanta destrucción del Planeta que habitamos de la que soy parte indisolublemente responsable, por los siglos de los siglos.
Y aquel grito, en imperativo, que fue mi primer blog que también, como hoy, era responsable del calentamiento con las emisiones de la conexión a Internet, queda en mi mente como nebulosa de una paradoja. Un ciclo que se cierra, de diecisiete años de duración.
Compensar el estropicio;
Ilustrar el momento desde mi angustia de agosto de 2022.
<<Hace mucho que no bailo.
Es una fase, pero la falta de sexo me pone mustia, siempre he sido así...>>
Estropicio es la palabra, sí. Definitivamente.