18 ago 2022

No nacen.

 Bandazos otra vez. Entre la capacidad de superación de los seres humanos y la visión del ocaso de las especies en el horizonte cercano.

<<Me miras♪ pero no me ves...♪♫>>

Baja natalidad y resorts sin niños. Hasta aquí hemos caminado, de la mano de la deshumanización que supone marginar a la infancia. Tanto como discriminar a la inocencia. Naturalizar que la igualdad de sexos es que dos metan sueldo en casa y los niños los cuiden otres. Si los cuidan... Fue obligado porque el capitalismo en vena trajo consigo la necesidad de esos dos sueldos para llegar a fin de mes. Y así fue calando, se "normalizó" en las democracias socio-liberales. Hoy por fin hay gente que ve que con uno se puede hacer si alguna de las dos (o taytantas) personas se queda en casa... responsablemente. Ese es el pero y donde nos queda mucho por hacer y caminar. Sin embargo hay margen aún para el optimismo. La gente regresa a las zonas rurales a hacer turismo, tras la pandemia. Algo bueno.

No nacen porque es terriblemente duro ser madres y/o padres, sin estabilidad laboral y económica. Es una de las cuestiones vitales en que no es necesario ponerse a ello para comprobar. Porque si es penoso currar para a duras penas mantenerse une, teniendo que recortar en gastos de todo tipo, necesarios incluso, por los bajos sueldos y la carestía del metro cuadrado de nido donde te metas, la luz y el agua (y el gas, la gasofa y lamadrequeloparió), cualquiera puede prever que más doloroso será tener que quitar a tus hijos de un filete, llegado el caso.

Pero además esta ola de insolidaridad asociada a la precariedad extrema llega al punto de estigmatizar a la prole, restringiendo su acceso cada vez más, valorando su presencia en la res pública como molesta. Establecimientos en los que no se admiten menores se prodigan como atractivo añadido en sus comerciales y promoción de su oferta. La tranquilidad del resort, solamente interrumpida por las bravuconadas de un turista rico pasado de alcohol violentando sexualmente a una camarera que le pone los daiquiris de fresa en su hamaca de la piscina. O también cuando el camarero del bar coctelería tuvo que sacar anoche a aquella "Spice Girl de Oro" del hall de recepción porque estaba tomada y se empezó a despelotar en vivo y en directo. 

Pero luego "NIÑOS NO".

<<Y así, en estas estamos.>>

Dentro de un mes serán cuarenta y cinco veranos pisando el Planeta, Doña Mamba.


<<Veintitrés cumpleaños sin Ella, G.M., serán.>>