6 sept 2022

Quién eres y a qué te dedicas.

Hace casi tres años del regreso a estas páginas, después de otros cuatro años más sin juntar ni una letra. Volviste y no sabes si decisión consciente correcta o inevitable determinación del ser que late ahí dentro. Tu alma arrolladora creativa, que pugna por salir y necesita contar cosas. 

No sabes ni de dónde, es de siempre. Te recuerdas niña en tu cuarto, contando en alto historias que daban contexto a tus juegos. La pura imaginación de lo que no existe, que inventas para hacer dulce el paso del tiempo. Ensoñaciones que aún hoy en día experimentas y que no quieres matar. No hay un "Basta, se acabó de imaginar, niña", porque eso sería marchitarse para siempre. Y no entiendes a quien te dice que esos momentos no son compatibles con la responsabilidad adulta.

<<Hay tiempo para todo en la vida>>

Mamá, cómo te extraño. Cuántas perlas de sabiduría que se muestran ahora, abierta la concha mucho después de tú poder ser apreciada como paridora no solamente...

Entrar en el cuarto invadido por la despierta creatividad del mundo imaginario de las mambitas, rienda suelta al orden desordenado, con sus ciudades de papel a un lado y sus acampadas de pin y pon al otro. En la mesa de estudiar toman el te varios peluches y en las camas está el hospital veterinario central de todos los ambientes con diversos habitantes creados...

Y sentir paz, ahí dentro... En la evasión del juego infantil, que luego te hace sentir un poco ogro por poner las noticias en la tele al mediodía. Otro fogonazo: las primeras teles en la cocina, además de la primera y única de la sala de estar, en las casas de los barrios obreros. Qué poco le gustaba a ella ese cambio y qué rápido vio el lado pernicioso de romper con la conversación familiar en torno a la mesa. Cuántas oportunidades perdidas para detectar algo arriesgado que ronda en la cabecita de la prole que da cuenta de las lentejas.

Cuántas cosas se van sembrando hace décadas que no veíamos... El fomento del consumo nunca fue inocente ni lo es aún hoy en día. Hay diferencia entre hacer más fácil la vida y hacerla más cómoda. Aún hoy no parece que se haya entendido esta sutil diferencia tan importante, entre las gentes de  izquierda. Cuestión de tiempo, otra vez.

<<Hoy también, mami, soy la rara que se percata del mal individualizador de un móvil en la mesa, la que llama la atención por la falta de educación al resto, mientras se comparte un plato de comida.

Pero aún sueño, mamá. Y lo sé separar, como tú. Vivo y aporto en comunidad, cuando es mi turno y toca. Sueño y escribo, bailo y aporto mi luz interior, cuando puedo.>>

Proletaria, y le enseñará lo mismo a las mambitas que vienen, así como a respetar las normas que la comunidad se ha dado para convivir con los demás, -en especial de tráfico, ¡ejem!-, y a ser libres de ser ellas mismas.

<<A desplegar las alas, a nadar pececillos. A mudar las escamas, mis mambitas>>

A poner copas y cafés, pero ocho horas (mejor si menos, pero no te hagas ilusiones, al paso que va la Putin-Stalin Burra...)


A ser Segunda Mamba, Madre, Bailarina, Escribiente, Reina Momo y Puta y todo lo demás, el resto del día.